En este mes del Rosario, recuperamos la petición que hace casi
un año, el Arzobispo de Piura y presidente de la Comisión de Familia y Vida de
la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Mons. José Antonio Eguren, pidió rezar por las víctimas del aborto
fallecidas, así como por la conversión de aquellos que promueven y realizan
esta práctica anti-vida.
‘La vida humana es sagrada e inviolable’. Todo derecho civil
se basa en el reconocimiento del primer y fundamental derecho, el de la vida,
que no está subordinado a alguna condición, ni cualitativa ni económica, ni
mucho menos ideológica”, nos recordaba.
Oremos para que el Señor les manifieste su amor para que
guiados por la verdad y la justicia rectifiquen su error y se conviertan a Él,
para amar a sus hermanos, especialmente a los niños por nacer. Recemos por las
madres que experimentan la tentación de abortar al hijo que está en sus
entrañas. Que el Señor y Santa María, las ilumine y fortalezca para que siempre
elijan la vida. Oremos por aquellas madres que sufren tras un aborto.
Citando a San Juan Pablo II, Mons. Eguren alentó a las
mujeres que se han sometido a un aborto a que “no os dejéis vencer por el
desánimo y no abandonéis la esperanza. Antes bien, comprended lo ocurrido e
interpretadlo en su verdad. Si aún no lo habéis hecho, abríos con humildad y
confianza al arrepentimiento: el Padre de toda misericordia os espera para
ofreceros su perdón y su paz en el sacramento de la Reconciliación”. “Podéis
confiar con esperanza a vuestro hijo a este mismo Padre y a su misericordia.
Ayudadas por el consejo y la cercanía de personas amigas y competentes, podréis
estar con vuestro doloroso testimonio entre los defensores más elocuentes del
derecho de todos a la vida”.
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