miércoles, 19 de octubre de 2016

viernes, 14 de octubre de 2016


« La Iglesia debe acompañar con atención y cuidado
a sus hijos más frágiles, marcados por el amor
herido y extraviado, dándoles de nuevo confianza
y esperanza, como la luz del faro de un puerto
o de una antorcha llevada en medio de la gente
para iluminar a quienes han perdido el rumbo o
se encuentran en medio de la tempestad ».
                                                                                                          Amoris Laetitia